En el
siglo XX surgió la orientación como actividad profesional institucionalizada y
con ello una perspectiva más amplia sobre la orientación educativa (concepto
que se insertó al ámbito de la Pedagogía y la Psicología en 1914 por Truman L.
Kelley) y la orientación vocacional (término acuñado por Parsons en 1909), en
el que ahora estarían involucrados profesores, directores, padres y alumnos, en
todo el proceso. La orientación educativa se considera como un “conjunto
de conocimientos, metodologías y principios teóricos que fundamentan la
planeación, diseño, aplicación y evaluación de la intervención psicopedagógica
preventiva, comprensiva, sistémica y continuada que se dirige a las personas,
las instituciones y el contexto comunitario, con el objetivo de facilitar y
promover el desarrollo integral de los sujetos a lo largo de las distintas
etapas de su vida, con la implicación de los diferentes agentes educativos
(orientadores, tutores, profesores, familia) y sociales”. (Vélaz de Medrano
Ureta, C. 1988).